Patagonia 2006, una invitaciòn a pescar.(versiòn español)

"...Marzo es el mes que acostumbramos por tantos años, viajar a esos remotos parajes del sur. A la Patagonia. Al reencuentro con amigos, sitios, experiencias y recuerdos que ya se han hecho parte de nosotros. En mi caso particular, siento en mi pecho una opresión asfixiante que ya casi no me deja respirar. Mi ser y mi alma necesitan de ese tiempo, de esos sitios, de respirar ese aire puro y cristalino como las fuentes que corren por los cauces, de volver a trillar caminos que he recorrido, ríos, montes y cañadas, como dice el tango. De compartir tiempo y un tinto con mis amigos discutiendo las cosas más triviales del mundo que son las más importantes. De compartir la soledad de un paraje cuya belleza escapa de mi capacidad descriptiva. De escuchar el cantar del río y el susurro de la brisa fresca que se escurre por las laderas de la cordillera y hace llorar al sauce en la ribera para abrazarnos con aromas de libertad y cielos amplios de azul infinito. Añoro esas mañanas frías cuando el verdor de los campos se esconde bajo la breve blancura de la escarcha que se esfuma al toque del sol. La brama lánguida del ciervo solitario que busca compañía y desde la espesura, reclama su soledad al atardecer. Las sienes plateadas del Lanín que cuida el valle cual vigía inmutable y altivo. El espejo infinito de los lagos que reflejan las estrellas del cielo y las sombras púrpuras del día que muere. Lo extraño en lo más profundo de mi ser. .." Rafael Morillo